Mucho ambiente en
Gijón. La plaza prácticamente se llenó. A pesar de la ausencia del
galáctico, apenas se devolvieron entradas. Manolo
Sánchez Esbozó algunas verónicas de buen tono al cuarto. Con la muleta realizó una faena irregular(ovación y oreja).El Cid . Sacó a relucir en pocos pases su izquierda, pero fue con la derecha con la que logró enderezar más el ritmo de la faena. Todo el conjunto tuvo el mérito de la suavidad. Al final buscó espectacularidades y, como acertó con esa espada que tantas veces le ha sido infiel, llegaron las dos orejas. (ovación y dos orejas).Alejandro
Talavante fue ovacionado en las verónicas y
gaoneras al tercero. Los pases por alto de los prolegómenos pretendieron emular a los de José Tomás, al que sustituía. Prosiguió valiente con la derecha y desigual con la otra mano. Acabó en las cercanías. Mató esta vez con brevedad y, al menos, salvó los muebles. (silencio tras aviso y palmas).
Esta es la parte referente a los toreros.
La corrida fue un asco, los toros afeitados
descaradamente, sin fuerza, sin casta, en definitiva un petardo de corrida.
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